"Labios y piel fuera de foco"
Es sabido que la pintura al óleo fue un invento cuyo principal objetivo era poder pintar la piel, la luz y el color de la piel. Hay que ir a la Haya para ver la luz del mejor Vermeer, la de la chica del turbante, la de la joven de la perla ahora popularizada por un libro y una película. Su mirada y su color son un imán, igual que los brillos en las sombras de el cuadro de al lado: la vista de Delft, el mejor paisaje de Vermeer, que para Proas era el mejor cuadro del mundo. Y hay que ir a Cracovia para ver el mejor Leonardo, el de la dama del armiño, que me parece una alegoría a favor de la vida y en contra de las cosas del poder.
La piel humana es protagonista en las imágenes que expone Gerardo San Martín. Lo significativo, en este caso, es que el artista no ha empleado el óleo, sino la fotografía, lo cual me parece un acierto, pues no se puede competir con Vermeer. Las fotos de San Martín no son realistas. Son imágenes desenfocadas, rostros borrosos de mujer. A veces ni sabe el género. En cualquier caso, son fotos eróticas, parecen las imágenes de un sexo fuera de foco. No es la primera vez que se hace algo así, en foto o en cine, pero están bien. Las fotos más sugestivas recrean situaciones donde ya no importa mucho ver o no ver con nitidez: son primeros planos de labios que parecen acercarse, que se relamen o que se entreabren con un dedo mostrando una zona de sombra, o imágenes de rostros borradizos con los párpados cerrados,o de un cuello con colores de penumbra.
Juan Bufill, Barcelona, La Vanguardia, Junio 2006
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